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11 mar 2010

Visita a la República Democrática del Congo. Día 4

"Hemos conocido el duro trabajo exigido a cambio de salarios que no nos permitían ni alimentar nuestra hambre, ni vestirnos decentemente ni criar a nuestros hijos. Hemos conocido las ironías, los insultos, los golpes sufridos mañana, mediodía y noche porque éramos negros. Hemos conocido nuestras tierras expoliadas en nombre de textos supuestamente legales, que no hacían más que reconocer el derecho del más fuerte. ¿Quién olvidará los tiroteos donde fallecieron tantos de nuestros hermanos, o los calabozos donde se lanzó brutalmente a los que no querían someterse a un régimen de injusticia?" Discurso de Patrice Lumumba el 30 de junio de 1960, día de la independencia del Congo.

Siete meses más tarde sería capturado por la CIA y enviado por Mobutu (entonces general) a Katanga, provincia rebelde rica en diamantes que había intentado proclamar su independencia del recién nacido Congo con el apoyo de los belgas y los norteamericanos. Ante esta contingencia, Lumumba pidió ayuda a la ONU, y ante la pasividad de ésta, se acercó “peligrosamente” al bloque soviético, siempre manifestando su no alineación con las ideas comunistas. Obviamente, no le creyeron. Fue fusilado por el ejército rebelde de Katanga el 17 de enero de 1961 tras un juicio sumarísimo. En su ejecución estaban presentes agentes americanos y belgas. Para los escépticos, el gobierno belga reconoció públicamente en 2002 su responsabilidad en los acontecimientos que condujeron a su muerte.

Bien educado y carismático, Lumumba es un referente para el Congo y para todos los panafricanistas del continente. Convertido en 1966 en héroe nacional por Mobutu (uno de sus verdugos), fue el único dirigente político elegido por el pueblo hasta las elecciones celebradas hace algo más de tres años. ¿Quizás nuestro ser invisible tenga también un poco de acento yanqui?

Pues otro año más a la puta calle en octavos. Al final echaron el partido del Madrid en la tele. Estuve viéndolo con tres de mis compañeros: el italiano, el francés y el costamarfileño. A ninguno le gusta demasiado el fútbol, pero como comprenderéis, esto no es Benidorm y tampoco hay demasiadas diversiones. A diferencia de David Haselhoff, son bastante majetes. El italiano tiene un aire de seminarista bastante pronunciado, y no hay ningún tipo de diferencia entre cuando habla en su lengua y cuando lo hace en francés. El francés ha dado muchas vueltas y sabe latín; habla español con acento guatemalteco. Del costamarfileño tengo poco que decir. Es una roca y hay que sacarle las palabras con sacacorchos.

Hoy he tenido un día bastante frustrante. Como en teoría volaba para al Este, no tenía fijada ninguna reunión. Así que todos los intentos de contactar con posibles “informantes” han sido infructuosos. Aquí no coge el teléfono ni Perry, y el mail se lo deben de pasar por el forramen. Entiendo que no somos ninguna prioridad.

Así que me he encerrado en la habitación y he realizado ese ejercicio tan humano a la par que irracional llamado masoquismo. He leído a los indignados, a los resabiados y a los que se relamen. Luego me he visto la película de Ironman, que creía que iba a ser peor. He comido lo de siempre con una variante (salchichas en vez de pez raro) y he empezado a adelantar un poco del informe que tengo que presentar. La verdad es que hasta ahora tengo un turrón de cojones en la cabeza. Espero resolverlo viendo los proyectos sobre el terreno.

Alrededor de las 6 de la tarde ha caído una tormenta increíble. Se ha ido la luz durante más de una hora y la lluvia caía tan racheada que te mojaba en los soportales.

Para variar, me he ido a cenar fuera. He acompañado al italiano seminarista, a David Haselhoff, al sudafricano y a otro belga. Hemos ido a una terraza con música en directo. Eran tres cantantes, un guitarrista y un percusionista, y cantaban canciones de todo tipo, desde ritmos africanos hasta La Bamba (para bilar la bamba si nisisita un puquito de grasa…). He cenado bien. Me he tomado una tilapia (un pescado de carne blanca que crece en aguas tropicales saladas o dulces) con patatas. Luego nos hemos calentado el morro y nos hemos pedido unas copillas, menos el italiano seminarista, que se está destapando como un sosazo de campeonato. Se ha iniciado una discusión bastante curiosa acerca de la independencia del Congo, el rol de Bélgica y la figura de Lumumba. Como me había estudiado la lección, he plantado cara a David Haselhoff y al otro belga, que curiosamente nació en el Congo Belga y que ha defendido el papel de Bélgica en todo este sarao: “Bélgica dio la independencia al Congo de forma voluntaria y Lumunga era un comunista”. Nada que añadir a su discurso. Igual si alguien critica a Hernán Cortés me sale la vena patriota y digo que fue el primer cooperante de la historia...

Y así acaba mi día. Estoy un poco pedo porque me he tomado otro par de birras con el sudafricano, que está resultando ser un tipo de lo más majo. Mañana intentaré avanzar un poco más en el informe y mendigar una reunión.

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