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28 abr 2011

Una noche especial

Esta noche no es una noche cualquiera aunque siga su rutina al pie de la letra. El pijama le espera planchado en el primer cajón de la cómoda, en la cocina un vaso de leche caliente con miel de la Alcarria le asienta el estómago y las sábanas huelen a suavizante y a campo. Su mujer, ajadamente atractiva, duerme pegada al extremo del inmenso colchón de látex.

Normalmente cae agotado tras un pequeño reseteo mental. Todo controlado, con el ego bien instalado. Quizás, una pequeña sensación de intranquilidad ante acontecimientos menores. Nada grave, nada que invada el merecido descanso del emprendedor incansable, del hombre hecho a sí mismo.

Acostumbrado a lidiar con decisiones estratégicas, con la creación de músculo en vez de grasa, con personitas que son números, con sus bonus y con su prestigio, esta noche el sueño se le escapa por la tarima flotante. Normalmente se relaja pensando en sus domingos en la finca, en las palmadas en la espalda, en las comidas de polla de los que le rodean. Lo que más le gusta es sentarse en su trono y acariciar a su perro mientras observa cómo sus nietos corretean alegremente por su emporio. Pero esta noche es diferente.

Con el amanecer, se sienta en su sillón favorito y bebe un café bien cargado. Solo, sin azúcar. Ante sus ojos, un ventanal con vistas al campo. A su espalda, un cuadro pretencioso. Biblioteca de primeras ediciones a la izquierda y un mueble bar de madera de cedro a la derecha.

Al fin llega la llamada de su acólito. Y con ella, el orgasmo puro en la bata de terciopelo que le regaló su hija. Todo este esfuerzo ha merecido la pena. La noticia ya es oficial. El lobby ha hablado, y con él, el mundo. Otro triunfo, otro escaloncito más en su cruzada hacia el Olimpo. Muchas horas para que su empresa ascienda varios puestos en el ránking de la publicación más influyente.

26 abr 2011

"The land of the free"

Un anciano de 89 años con demencia senil al que se le encuentra en su domicilio un teléfono por satélite o un indocumentado que hace autostop en una ruta utilizada por terroristas. Dos ejemplos de "ciudadanos" que, secretamente y sin garantías penales, son conducidos a Guantánamo. Todo vale. Una duda expresada por un sheriff de pueblo o una acusación desesperada de algún preso.

El nivel de riesgo más alto es, textualmente, aquel que "probablemente supone una amenaza para EEUU, sus intereses o sus aliados". El objetivo, simple: "explotar a los presos para sacarles información".

El secuestrado más longevo lleva 9 años en ese cacho de tierra, en la misma isla en la que todos los putos días del año tengo que leer que no se respetan los derechos fundamentales. Creo que hay poco más que añadir. En este artículo se dan muchos más detalles:


Sigamos legitimando a esta gentuza. Total, como nos mantienen seguros, es fácil olvidar el acento tejano y el 11-M. La relación causal da pereza.

Bombardeamos sus casas, matamos a sus hijos, pero seguimos pensando que no hay un germen lógico a tanto odio, que el terrorismo nace del campo como los champiñones. Nos sale la ira por los costados cuando nos hacen una pirula con el coche pero no entendemos cómo un chaval que ha enterrado a dos hermanos y le han volado la casa con un misil, se inmola en Gaza contra un autobús de colonos.

Y el caso es que cientos de personas han sido gravemente SECUESTRADAS. No durante unos días o meses, sino años. Y mientras, la alarma social se desboca ante secuestrados con minúsculas.

Un tipo con barba excesivamente larga y pasaporte dudoso debe demostrar su inocencia, pero dos mendas que se saltan a la torera cualquier protocolo de seguridad y viajan en una absurda "caravana solidaria" (las comillas pretenden ensalzar mi sarcasmo) o unos marineros de un atunero de 10 millones de euros que por esquilmar los recursos del Índico abandonan la zona de seguridad, mantienen a un país en vilo. Quizás sea porque empatizamos con sus mujeres llorando o con un amigo que nos cuenta lo majete que es el secuestrado.

Creo que ninguno de ellos merece su destino. Pero unos ya volvieron a casa, fueron bien tratados y están escribiendo sus memorias. Simplemente estaban donde no debían. Otros, además de eso, cometieron el error de existir y de buscar suerte en la tierra de las "oportunidades". Y por ello, sostienen las salas de tortura del Estado que marca nuestras pautas, que se erige en la conciencia del bien mundial.

Qué hijos de puta, qué locos están estos terroristas islámicos que amenazan nuestros culos llenos de mierda. Igual si un día salen de allí se les ocurre idear un diabólico plan y matar a miles de civiles inocentes que hemos preferido leer otras noticias. Porque lo de Guantánamo no lo sabíamos a ciencia cierta pero nos lo imaginábamos...










19 abr 2011

Libia sile, Siria nole

No son bombas de racimo de fabricación española lo que lanza el régimen sirio a sus manifestantes. Tampoco el presidente de Siria es Gadafi, el villano al que pronto Marvel le dedicará un cómic.

El caso es que ya hay muchos civiles muertos, de esos claros y concisos que salen a la calle desarmados para reclamar dignidad y reciben un tiro. Centenas de muertos.

Y estas ratillas que gobiernan Siria han sabido asociarse con los de siempre. Con la alimaña francesa, el caballo inglés y con el jockey americano. Incluso con el topillo de agua español y el cocodrilo ruso.

Ya puesta el Arca de Noé en el Mediterráneo, podrían desplegar sus avioncitos y sembrar la democracia y la paz allá donde sea necesario. Sacar la calculadora de víctimas civiles y mojarse los labios para firmar la resolución de la ONU correspondiente, acudiendo con su bandera de "cuidadito" allá donde fueran necesitados. Una base israelí, así, se me ocurre sin pensar...


14 abr 2011

Monotonía en forma de planta

Enredadera silenciosa, dejo las ganas gastadas en el sillón. Siento colillas y ausencias en el aliento que llama al amanecer. Gravemente posada alrededor, olores viejos que prenden el edredón. Solo, rabiando en tu hueco, el cazador nació un buen día, del vientre, nada que hacer.

Yonky de huída, busco la puerta, rumio en mis pasos el próximo destino. Hielos y luces, oscuridad, cóctel de drogas dibuja mi camino.

Mártir del vómito, muñeco en la acera, zigzag de calles que vuelven a tu vera. Charlas, portales, resignación, busco las llaves que rompen mi bolsillo.

Tu bici en la entrada me mata, a hostias, rompiendo el infinito. Tejo mi mierda, quiero dormir en la posada de la tristeza que yo cosí.

Duermo en el suelo, despojo, y aislado de tu espíritu sueño contigo. Revuelto, despierto en medio del salón...la enredadera silenciosa nos devoró.


6 abr 2011

Manute Bol

Esta es la historia de un gigante. Un niño que perdió los cuatro dientes de abajo en un rito de iniciación de su tribu y los dos de arriba al machacar una canasta por primera vez. Nació a las orillas del río Nilo, en el sur de Sudán. Pertenecía a la tribu de los dinka, ganaderos cuya estatura media ronda el 1.90.

Un día su vida cambió para siempre. Su primo, que estudiaba en una Universidad americana, habló de las cualidades de Manute. Y ante la insistencia de un scouter que viajó a la aldea para ficharlo, sucumbió a la tentación y viajó a Estados Unidos.

Tras un año en la Universidad, inscrito a pesar de su analfabetismo, fue elegido en el draft de la NBA. En su primer año destrozó el récord de tapones. Promedió 4,9 por partido, un registro estratosférico. Era 1985 y el "showtime" de Magic y Bird, con un joven Jordan pisando fuerte, recorría las televisiones de medio mundo. Pronto, Manute se convirtió en un reclamo publicitario. Un jugador que medía 232 centímetros y que pesaba 83 kilos, que taponaba todo lo que se acercaba al aro, y que cuando se movía, parecía que se iba a romper no podía pasar desapercibido. Los especialistas del equipo lo intentaron todo: hamburguesas, pesas, hormonas...pero Manute no engordaba. Aún así, progresaba en su juego, y aprendió a tirar triples. En su último año, metió 21 de 90 intentos.



Y entre circos y partidos, en Sudán se desató uno de los genocidios más estremecedores de la historia moderna. En la Segunda Guerra Civil sudanesa, 2 millones de civiles fueron asesinados (http://es.wikipedia.org/wiki/Segunda_Guerra_Civil_Sudanes) y otros cuatro millones desplazados. Y su aldea no fue una excepción.

Manute, impactado por la situación, viajó en helicóptero y aterrizó en una planicie donde encontró a más de 30.000 huérfanos que llevaban semanas vagando sin rumbo con el anhelo de llegar a Uganda. Al día siguiente, tras el eco de los medios, varios helicópteros de la ONU sobrevolaban el cielo lanzando comida. Manute se había convertido en un héroe.

Pero sus huesos pronto empezaron a ceder. La artritis le retiró del baloncesto, y sus campañas publicitarias, que le habían hecho amasar una buena cantidad de dinero, se pararon de golpe. Entró en una fuerte depresión y dilapidó su fortuna. Unos dicen que en vicios, y otros pretenden engrosar su leyenda y comentan que lo donó todo a la causa de su pueblo. Lo cierto es que Manute se volcó en la reconciliación de su país. En un clima de odio y llamamiento a represalias, volvió a su aldea y retomó el cargo para el que estaba destinado, heredando el trono de su abuelo, que medía 2,39 metros. Recaudó fondos para paliar el hambre y los efectos de la guerra, ignorando el creciente deterioro de su salud. Un accidente de coche en 2004 acabó con cualquier esperanza. Cuando volvió a EEUU ya estaba sentenciado. Un extraño síndrome llenaba su cuerpo de líquidos y no tenía recursos para el tratamiento.

Murió en junio del año pasado a la edad de 47 años, 11 menos que la esperanza media de vida de sus compatriotas. Hoy Sudán sigue en guerra, algunos le recuerdan por su esperpéntica figura y por su mediocre inglés y otros ansían seguir sus pasos. Y a mí se me ha ocurrido hacerle un pequeño homenaje en forma de post.

* Si queréis ver el reportaje que me ha inspirado, entrad en COSICAS. Está muy bien aunque a veces peca de "exceso de yanquismo". Ya me entendéis...