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26 mar 2011

Liberté, égalité et fraternité (I)

"La razón de la crisis es muy simple: Gbagbo no quiere irse. Se han realizado muchos intentos de encontrar una solución política, pero él se niega a escuchar nuestra llamada". Declaraciones del embajador francés ante la ONU refiriéndose al conflicto en Costa de Marfil.

Acostumbrados a escuchar este tipo de simplificaciones que pretenden atribuir la responsabilidad de los conflictos que suceden en el continente africano a un tirano corrupto que se aferra al poder y a la imposibilidad de su población de dirimir civilizadamente sus conflictos, la realidad es bien distinta.

Con otras noticias más "importantes", poco o nada nos llega acerca de un conflicto que, en pocos meses, ya cuenta con más de 600 civiles muertos y casi un millón de desplazados, y que tiene visos de acabar en guerra civil. Pero...¿qué pasa exactamente en Costa de Marfil?

Retrocedemos a 1960. Costa de Marfil obtiene la independencia del imperio francés. Su historia política desde entonces se asocia al nombre de Félix Huphouët-Boigny, presidente del país hasta el día de su muerte, en 1993. Fundador del principal partido interterritorial preindependencia, sindicalista que luchó a favor de las condiciones laborales de los granjeros del África occidental, obtiene gran legitimación por parte del pueblo y de Francia (había sido ministro francés durante 3 años).

Como podemos figurarnos, su mandato, lejos de asegurar la independencia de la metrópoli, garantiza contratos leoninos a empresas francesas, que repatrian un 75% de la riqueza producida en el país. Con su muerte, nuevos aires corren por Costa de Marfil, y su delfín, Konan Bédié, intenta cancelar los contratos de exportación de café, de cacao (primer exportador mundial) y de prospección de petróleo a multinacionales francesas y estadounidenses. Pero esta nueva política, que pretende adquirir la soberanía de sus recursos, no gusta a las potencias. Tras unos años ciertamente convulsos, seis años más tarde, un golpe de estado perpetrado por el general Robert Guéï intenta restaurar la situación.

Un año más tarde se celebran elecciones. Surge aquí la figura de Laurent Gbagbo, el único culpable de la actual situación de Costa de Marfil según la comunidad internacional. Gbagbo gana ampliamente las elecciones, y a pesar de las reticencias del ejército, tras numerosas protestas en la calle, es proclamado presidente. Estamos en octubre del año 2000. Gbagbo intenta renegociar los contratos con Saur, EDF, Orange, Bouygues, Société Générale y BNP, que monopolizan los servicios básicos y el mercado bancario del país. Nuevos competidores como China, EEUU o Sudáfrica entran en liza.

El 19 de septiembre de 2002, el líder rebelde Guillaume Soro, apoyado por Francia, se levanta en el norte del país. Comienza la guerra civil en Costa de Marfil.



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