"Es la fortuna, no la sabiduría, la que gobierna la vida del hombre" Cicerón
Ya lo decía este fulano, que ha pasado a la historia como un sabio. De eso hace ya casi 2000 años, y parece que las cosas no han cambiado demasiado.
Y es que el todo por la plata impera, y lo tienen muy bien cuadrado. Y cada vez la pirámide se hace más ancha en la base y más pequeña en su cima, y los de la cima cada vez son más ricos. Deben de estar partiéndose la polla al ver lo poco que reacciona el "expoliado proletario". Si Marx levantara la cabeza, se pegaba un tiro, pensarán estos prebostes que manejan nuestros anestesiados culos. Con caramelitos de consumo contemplamos impasibles cómo emputecen nuestro esfuerzo a base de explotación laboral oficialmente impuesta, como agujerean nuestros ya de por sí ligeros bolsillos con rescates a gentuza que encima se lo ha llevado muerto con indemnizaciones millonarias o con la creación de "bancos malos" para sanear el denostado sector de la banca.
Pero bueno, 17 millones de votantes no pueden equivocarse. Democracia parlamentaria se llama. Lo que digan los medios va a misa, y el sábado además juegan el Madrid y el Barça. Y yo todavía me puedo bajar al bar a verlo. Antes me tomaba cinco cañas y ahora solamente tres. Antes fumaba Chester y ahora Pueblo, pero bueno, son pequeños sacrificios con los que puede lidiar una sociedad acomodada.
Cambio de tercio que me caliento. Esta tarde he hecho dos tortillas de patatas, una para Mamá Anne, la cocinera y sus tres hijas y otra para los curillas y para Pascal. La sartén tenía más historia que Cicerón, y al darle la vuelta se me ha quedado todo pegado. La he tenido que arreglar como he podido pero la verdad es que a simple vista tenía bastante mala pinta. El caso es que luego estaba rica, y el peruano ha sacado champán para celebrar la tortilla y la Inmaculada, por ese orden.
Vengo notando desde hace unos días el pique que se traen el peruano bajito y el viejete del Bierzo, y es que en todos los sitios cuecen habichuelas, como diría mi abuela. El otro día íbamos en el coche y conducía el "maraton man". Dremiadelamorhermoso (como diría Forges), no nos matamos de milagro. El peruano miraba al cielo a cada rato y yo...pues yo me calcé el cinturón, me así cual Miss Daisy César al agarrador y me callé como una puta.
Mañana me ahueco de finde, que no solo de curro vive el hombre y ya sabéis que yo me canso mucho porque lo doy todo. Me voy a una zona que está a unos 90 kilómetros al sur de Dakar llamada Mbour. Por lo que me han contado es bastante turística y tiene unas playas acojonantes. Me he reservado una habita en un hostal baratillo que está al lado del mar. Allí espero encontrar peñita con la que pegarme la fiesta este finde, que de tanta vida monacal voy a volver a los madriles y me va a dar un coma etílico con tres botijos.
Si es que así, ¿qué Revolución vamos a hacer?
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