Podré por fin delirarte,
olvidarte como el que recuerda algo,
como que el que agarra un papel quemado
que posa en tu olfato su memoria.
Añorarte no podré.
No sabré situarte en mi escala de pensamiento.
Alguna vez serás un frugal sueño que se perderá,
como se pierden todos los sueños.
Así regresarás la primera vez,
porque nunca te has ido, porque has estado en un limbo
del que nunca te fuiste porque ya estabas allí.
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